Nuestra Señora de París. 16.04.2019

Vista aérea de Nuestra Señora de París la noche del 15 al 16 de abril de 2019

Nuestra Señora de París. 16 de abril de 2.019

Notre Dame, de las llamas prendida,
enhiesta, tu aguja no dolía,
y roto mi corazón cuando caía,
veo el museo de la tristeza sin medida.

Un icono perdido, bajo luna casi llena,
de una que fue nueva espiritualidad
de un mirar al cielo transparente en verticalidad...
Tal signo, destruido, es demasiada pena...

Ciudad de la Luz, hoy Ciudad de las llamas,
Ciudad del Amor, de los pintores y poetas
Ciudad del odio revolucionario y majareta,
Ciudad de movimientos, pancartas y soflamas...

Ayer lujuria, hoy lágrimas encajas,
Ciudad del lujo y de la moda, que hoy es un luto
de alta costura de vellos hirsutos,
al ver arder tu órgano y su coro como pajas...

Ahí resistieron tus gárgolas y vidrieras
sobreviviendo revoluciones, imperios,
mirando la vida pasar, adorando el misterio...,
pero caíste en la más terrible de las eras...

Y hoy, reducida a tea cruciforme,
sigues ardiendo, como siempre, en la noche,
y, a tus pies, Señora, rezan devotos sin reproche
en esta triste tierra de pedroche sin ahorme.

Tus rosetones lágrimas de colores ploran,
como antaño, ¡oh! ¡ya nunca más llorarán!
Tus arbotantes temblaron, tus tesoros no volverán,
pero volviendo a tus santos los fieles ya oran...

Y no, vida mía, hoy no arde París encarnado,
sino la brújula de su cielo de estrellas,
la oficina central de la belleza,
que un día contemplamos enamorados...

París, siempre altavoz, hoy del pavor,
kilómetro cero de la consternación:
serás kilómetro cero de la solidaridad,
serás el destino de una nación
de libertad, igualdad y fraternidad...

Señora, no han caído tus muros,
ni ha ardido la isla de Francia
ni caerá tu pináculo de tolerancia
ni tu significado finará ningún conjuro...

Amarga y honda es nuestra pena,
cuando arde su primera catedral,
pero este no será el final,
a pesar de estas cosas que pasan,
pues los cielos no se abrasan
como nunca arderá el Sena.

PJMO 16.04.2019