Al maestro Carlos Higuera Serrano. Por su generosidad

Espejo del río Tormes a su paso por Salamanca

A Carlos Higuera Serrano. 10.10.2018

 

Tomas la pluma, con puño de hierro,

mojas la tinta, no faces yerro,

guantes de seda, chupa de cuero,

trazo elegante, el fedatario,

profesional y funcionario,

no dejas nada en el tintero:

con mucho esmero, noble la testuz,

decantas, disciernes, separas, ofreces,

¡enciendes la luz!,

disipas la niebla que nos cerca a veces,

y dejas fuera de juego,

usos e intenciones malevolentes

mientras, gentil, gravemente,

aunque a algunos moleste,

ajustas las velas, diriges la hueste,

y con sabio dedo señalas el oriente...

 

Sumas y escribes, vas adaptando,

prosas sin prisa, vas integrando, 

al compañero, vas alentando,

al notariado: tente erguido,

usa tus fuerzas en dar servicio,

recuerda tu Fe, Verdad, Valor de Ley,

tus reglamentarias armas de escribano,

tenlas a punto y a mano

trabajando como un buey,

y, al prestar seguridad,

defiende tu dignidad,

y no gastes balas en mal disparo,

tu flexibilidad es tu bien más caro...

Y hoy, siga siendo usted quien es, 

con protocolo papel 

o con tecla, ratón y pantalla,

moderno estilo electrónico

siga siendo siempre fiel,

exacto y supersónico,

a lo que la sociedad demanda...

 

Carlos Higuera,

élite en el Elisio,

de mi oficio bandera,

Maestro, das cinco estrellas,

inspiras, pides más madera, 

y das leña,

y trigo,

cuando al pensar, sueñas...

 

PJMO